Se acerca el día ocho, el día de la mujer, y yo empiezo a estar un poquito harta del tema. Sé que este artículo no le va a gustar a mucha gente, pero si consigo que solo una mujer reflexione con mis palabras me daré por satisfecha.
Llega el día de la mujer y a todos nos da por hablar de igualdad (que, por cierto, a algunos hablar de igualdad se les da mejor que a otros porque en el periódico local de mi tierra han puesto como portada un delantal lila con la palabra igualdad al lado para conmemorar el día de la mujer. Dime tú qué coño tiene que ver un delantal con la igualdad, pues como la peras con las patatas). Bueno…, que a todo el mundo le da por hablar de la igualdad y a mí me da por pensar, ¿Qué igualdad? ¿Todavía en el siglo XXI nadie se ha dado cuenta de que no somos iguales? Esto me parece algo terrible.
VALORES MASCULINOS: SI ES QUE NO VAN NADA CONMIGO
Yo no voy a poner ni un minuto de mi tiempo en luchar ni hablar de algo tan absurdo como la igualdad, entre géneros tan distinto como el masculino y el femenino. Yo lo que quiero es disfrutar de la diferencia.
Sí, coño, somos distintos y no pasa nada por decirlo. ¿Cuál es el problema? Que la sociedad nos ha metido a fuego que lo adecuado, lo que vale, lo útil son los valores masculinos y llevamos décadas luchando para conseguirlos.
Sí, señoras, no luchamos por la igualdad. Luchamos todos los días por adecuarnos a un sistema totalmente masculinizado cuyos valores se basan en potenciar los dones masculinos en detrimento de los femeninos. Es decir, te levantas todas las mañanas para intentar alcanzar unos valores que no te corresponden como mujer, simplemente porque la sociedad ha decidido que tus valores no valen una mierda.
Y ¿a qué nos lleva todo esto? Pues nos lleva a tener mujeres totalmente agotadas intentando alcanzar metas totalmente equivocadas.
ESTOS VALORES SÍ QUE VAN MÁS CONMIGO
Yo no quiero ser igual. Yo quiero ser mujer y quiero aprender (que por cierto me está costando un huevo aprender qué valores me pertenecen como mujer y cómo desarrollaros e integrarlos en este mundo masculinizado) a comportarme como tal sabiendo que la sociedad en la que vivo va a valorar mi trabajo y mis dones y no va a pensar que cada vez que intento potenciarlos estoy perdiendo el tiempo, no sirve para nada, etc…
Y ¿de qué dones estoy hablando? (esto lo traté en más profundidad en un post llamado creatividad y lo femenino lo digo por si quieres echar un vistazo) Hablo de:
- La sensibilidad (que no debilidad)
- Lo profundo
- Lo intuitivo
- Lo cooperativo
- El pensamiento en red
- La conexión con la naturaleza y sus ciclos
- La adaptabilidad
- Y para mí, sobre todo, la creatividad.
LA AGOTADORA LUCHA FEMENINA
Es muy triste ver cómo la mitad de la población está en una lucha constante. Esto es algo agotador y estamos llevando a un desequilibrio sin parangón a nuestro mundo. Vale que los hombres piensen que sus dones y virtudes son las más importantes. Pero no podemos permitir que la otra mitad, es decir nosotras, piense lo mismo y se dedique a desechar los valores femeninos para pasar a ensalzar los masculinos llevando a la sociedad a un desequilibrio malsano. Si no entiendes a lo que me refiero piensa en esto: ¿alguna vez te has sentido culpable por jugar con tus hijos en vez de estar trabajando? Esto es a lo que me refiero.
Yo no quiero ser igual. Yo quiero que se respeten mis valores, no quiero estar en lucha para adaptarme a una sociedad que menosprecia mis valores y me obliga a adoptar unos que no son de mi naturaleza. Yo quiero aprender a potenciar mis dones como mujer. Mis dones femeninos y enseñar a la sociedad que sin estos dones solo vamos a llegar a la barbarie. Basta ya de hablar de una igualdad que no existe. Viva la diferencia. Vamos a trabajar en potenciar cada uno sus dones y aprender a sacarle partido al conjunto.
El mundo en que vivimos es bipolar. El negro no puede existir sin el blanco, arriba no puede existir sin abajo, la tristeza no existiría sin la alegría. Nada puede existir si la otra parte. No podemos crear una sociedad yang. Ya que si el yin nada tiene sentido. Y mi propuesta es clara. Trabajemos por la diferencia y por aprender a sacar lo mejor del equilibrio que se crea entre ambos.
TÍA, NO ENTIENDES LA LUCHA FEMENINA
Habrá alguien que está pensando… que no te enteras Carlota, que esto va de igualdad de oportunidades. Y en realidad la que no se entera es ella ¿Igualdad de oportunidades? Es imposible hablar de igualdad de oportunidades para las mujeres cuando se les quiere meter con calzador en un mundo tan masculiniado. Es como si un gorrión lucha por la igualdad dentro de un estanque de peces. Está claro que el pobre tiene todas las de perder. Yo no quiero igualdad de oportunidades. Yo quiero oportunidades en un mundo en equilibrio, no que tenga que borrar mi esencia para jugar en una liga diseñada a la medida de los hombres. Yo quiero que se valores los dones femeninos y que la diversidad sea la base de nuestros valores.
Y por último quiero dejar claro que luchando lo único que se consigue es estar agotada y de mal rollo. No quiero hablar de lucha cuando me refiero a ensalzar dones femeninos, me gusta hablar más de trabajo, de proactividad, de proyectos, de fluir y no de algo tan negativo como la lucha. La lucha no nos va a llevar a nada.
Bueno… lo dicho. Yo ya no lucho más. Yo quiero aprender a ser distinta, aprender a ser mujer y que se valore por ello. ¿Y tú?
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4 comentarios en “¿Igualdad de la mujer? Y una mierda. YO NO QUIERO SER IGUAL”
Estoy desacuerdo contigo en parte. No tienes que aprender a ser mujer u hombre, sino tu misma. Aunque es cierto que vivimos en una sociedad que no acepta aquello de ser uno mismo y tener tanto de yin como de yang. Por qué debo decantarme por un lado de mi personalidad? ahí creo que radica el problema de la sociedad.
Ivette pues yo creo que sí somos distintos. Unos más que otros, pero no es malo. De hecho es perfecto. Así nos complementamos unos a otros. Sería un rollo ser todos iguales. El problema es que todo lo femenino se considera «lo débil» y ahí es donde reside la cagada de esta sociedad.
Hola Carlota:
Me ha encantado tu post, totalmente de acuerdo. Para mí lo difícil es no sentirme avergonzada cuando hablo de mis valores femeninos porque tengo tan interiorizado todo esto de la lucha, la competitividad, el liderazgo, etc. que me doy cuenta de que yo misma ahogo los valores femeninos. ¿Ser sensible, colaborativa…? Bueno, pero en casita que cara al público eso no se lleva.
Estoy contigo en que el reto que tenemos ahora las mujeres es el valorarnos, mostrar con orgullo nuestros valores y que también son necesarios e importantes.
Gracias por tu post. Un abrazo grande,
María.
Muchas gracias María, por el comentario. Siento el retraso por contestar. A ver si nos conocemos un día que pases por aquí. Muak